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El señor Bush, liándola mil veces menos de la que luego la líó. |
Pero ojalá lo hubiera leído al revés. Fantaseo con lo poderoso que sería que realmente hubiera contado America a la inversa: Empezando por la victoria del racismo declarado para acabar hablando de las etnias independientes. Imagino la fuerza poética que haría tenido leer al revés su mandato desde el triunfalismo de la Guerra a la inocencia de no haberse planteado aún quién es tu enemigo.
Imagino leer toda la Historia al revés, y no sólo cronológicamente, sino malentenderlo todo a sabiendas, darle la vuelta a las deducciones del progreso de la manera más inocente posible. Me tienta imaginar que había pasado si hubiéramos leído la relación entre estética y poder hacia el otro lado. Así, no habíamos estetizado el poder mediante el fascismo y sus derivados, no nos habríamos preocupado tanto sobre la imagen de armonía que se proyectaría hacia afuera mientras la maquinaria que la produce está pudriéndose en secreto. No habría habido grandes líderes auráticos, como las obras en los museos, no habría habido tantos símbolos elocuentes y incontestables.
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Ya sabemos que es un prodigio técnico, pero esto tiene un nombre que no es sólo "Arte". |
Imagino, sin embargo, lo emocionante que sería haber politizado la estética, y hablar de que El rapto de Proserpina de Bernini encierra en su prodigiosa técnica un proyecto de soberbia, que inteligentemente, opta por una composición en forma de hélice para obligar a que el espectador gire en torno a la obra mirando cada una de sus caras. Ahí ya estaba. Ese paternalismo con el espectador, esa disposición de la técnica para impresionar, para ejercer el control, ese aura que después tomarían los espacios políticos del siglo XX se podía haber leído mucho antes. Pero los espacios se aíslan, y se relacionan de formas turbias, otorgando al poder el carácter estético y congelando el componente ideológico de las actitudes estéticas que nos haría cuestionar ese poder. Queda todo atado y bien atado.
Sueño con decir la palabra "violación" delante de esta obra, como un grito espontáneo, y no congelarla enclautrándola como una mera escultura en mármol. Pero los espacios se han contaminado al revés, y hay fotos de políticos sonrientes, cuentas corruptas. Por eso George W. Bush es un visionario.
Sueño con decir la palabra "violación" delante de esta obra, como un grito espontáneo, y no congelarla enclautrándola como una mera escultura en mármol. Pero los espacios se han contaminado al revés, y hay fotos de políticos sonrientes, cuentas corruptas. Por eso George W. Bush es un visionario.